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Suena tan truculento que mucha gente se resistirá a creerlo, pero —según afirman renombrados científicos— los niños nacidos en esta época podrían ser los últimos seres humanos que disfruten del paisaje submarino de los arrecifes de coral tal como lo conocemos.
Ese fue el sombrío vaticinio hecho recientemente en una reunión organizada conjuntamente por la Sociedad Zoológica de Londres, la Real Sociedad —una prestigiada organización científica británica— y el Programa Internacional sobre el Estado del Océano.
El problema estriba en que los diminutos organismos que forman el coral son muy sensibles al aumento en las concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera. Y este gas, producto de la combustión, no ha cesado de acumularse en el aire desde que se inició la Revolución Industrial en el siglo XIX. En aquel entonces, su concentración era de 280 partes por millón (ppm). Actualmente es de 387. Es decir, se ha incrementado en más de 38%. Y el Panel Internacional de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático pronostica que dentro de poco más de 20 años, en 2030, habrá llegado a 450 ppm.
Pues bien: los especialistas dicen que por encima de 350 ppm —y ya se ha rebasado ese nivel— los corales comienzan a sufrir serios daños, y si se rebasan las 450 ppm, ya no pueden sobrevivir.
El impacto es doble: por un lado, el dióxido de carbono —que retiene el calor solar— hace aumentar la temperatura de las aguas marinas, y como resultado sobreviene el blanqueamiento del coral. Este fenómeno consiste en que las plantas microscópicas llamadas zooxantelas embebidas en el organismo de los pólipos que forman el coral y que viven en relación de mutua dependencia con ellos, los abandonan. Eso debilita a los pólipos y puede causarles la muerte, con lo cual el coral deja de crecer y queda reducido a una masa inerte.
Por otro lado, el dióxido de carbono incrementa la acidez del agua, y eso afecta el exoesqueleto o esqueleto externo de los pólipos, que está constituido por carbonato de calcio, un material que se disuelve bajo la acción de los ácidos.
Los participantes en la reunión subrayaron que en las cinco grandes extinciones ocurridas a lo largo de la historia de la Tierra —y en cada una de las cuales desapareció entre el 35 y el 90% de las especies entonces existentes—, el exceso de dióxido de carbono fue el elemento crucial. Actualmente, la concentración de ese gas en la atmósfera es la más alta que ha habido en los últimos 20 millones de años.
A juicio de los expertos, ya se ha sobrepasado el nivel a partir del cual los corales empiezan a deteriorarse, y si se llega a las 450 ppm, la catástrofe será inevitable. Se desatará una irreversible y acelerada extinción de los arrecifes coralinos, y para que vuelvan a formarse tendrían que pasar unos diez millones de años…[]
Fuente www.poresto.net
Según informa la agencia Europa Press, los expertos señalaron que el ritmo previsto de emisiones supone que para 2050 se habrá alcanzado un nivel de 450 partes por millón de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera, lo que pondría a los corales en el camino de la extinción en las décadas siguientes.
"La cocina está en llamas y el fuego se está extendiendo por la casa -afirmó en un comunicado Alex Rogers, de la Sociedad Zoológica de Londres y el Programa Internacional sobre el Estado del Océano-. Si actuamos deprisa y con decisión podemos ser capaces de apagarlo antes de que el daño se haga irreversible", informó Europa Press.
El océano absorbe grandes cantidades de CO2 emitido por la quema de combustibles fósiles. Pero los científicos señalan que los océanos están volviéndose más ácidos conforme absorben carbono, lo que perturba el proceso de calcificación con el que las criaturas marinas construyen conchas y arrecifes de coral, concluyó la agencia…[]
El nivel actual de dióxido de carbono es de 387 partes por millón. Científicos pronostican que en 2050 se alcanzaría una concentración tóxica que los llevaría a la extinción a estos ecosistemas. Alerta.
El encuentro, organizado por la Sociedad Zoológica británica, el Programa Internacional sobre el Estado de los Océanos (IPSO por sus siglas en inglés) y la Royal Society, sirvió para identificar objetivos y fijar plazos concretos de actuación.
El pronóstico de estos científicos es que antes de 2050 se alcanzará una concentración de CO2 en la atmósfera de 450 partículas por millón (ppm), un punto "a partir del cual los corales pueden emprender el camino hacia la extinción en cuestión de décadas".
"El nivel seguro de CO2 que deberíamos perseguir es de 320 ppm, porque ahora sabemos que 360 ppm es el nivel en el que los arrecifes dejan de ser viables a largo plazo", manifestó el profesor John Veron, uno de los principales expertos del mundo en arrecifes.
Políticos no se comprometen
Vernon se mostró pesimista sobre la capacidad de los políticos para responder a este reto y advirtió de que "si dejamos que le ocurra todo esto a nuestro planeta, lo político quedará al margen".
De seguir así, este experto auguró que "lo que ahora consideramos un año malo en lo climatológico será un año normal en 2030 y un año muy bueno en 2050″, y añadió que "la situación va a seguir empeorando, antes de que mejore, hagamos lo que hagamos".
El nivel actual de CO2 es de 387 ppm, lo que ha derivado en que "se produzcan constantes ciclos de blanqueamiento en masa de los arrecifes de coral, que están en un claro declive", señaló el profesor Alex Rogers en representación del IPSO.
Si no se toman medidas, será a partir de 2050 cuando estos ecosistemas, de los que depende buena parte de la fauna marina, sufran las consecuencias de la acidificación de los océanos, "una catástrofe -dijo- que no quedaría reducida a los arrecifes, sino que iniciará un efecto dominó sobre el resto de ecosistemas marinos".
Ecosistemas vitales
En el panel de expertos estuvo también David Attenborough, naturalista y director británico de documentales de televisión sobre historia natural galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales 2009, quien alertó de la importancia de un momento del que depende la futura evolución de la Humanidad.
Attenborough dijo que los arrecifes de coral son el ecosistema "en el que vemos con más facilidad los cambios climáticos, una especie de barómetro de los océanos", y destacó que si desaparecen desaparecerá también el suministro pesquero actual.
"Toda catástrofe natural tiene su origen en el dióxido de carbono. Si no lo controlamos, el mundo está abocado a una serie de catástrofes climáticas a gran escala. Tenemos una responsabilidad moral", añadió el naturalista británico.
Las conclusiones de este encuentro serán remitidos a la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC) y harán hincapié en que "hasta ahora los líderes mundiales que negocian las reducciones de las emisiones no han tenido en cuenta de manera seria la situación de los océanos".
"No se puede seguir ignorando lo que pasa en los océanos. Ahora, tenemos razones para creer que de hecho los océanos pueden ser la parte más vulnerable de nuestro planeta al cambio climático, con consecuencias atroces para todos nosotros", afirmaron los expertos.
¿Nuevos acuerdos climáticos no son suficientes?
La presidencia sueca de la Unión Europea mostró su buena acogida a la decisión del Foro de Economías Principales (FEP) de que el incremento en la media global de temperatura sobre los niveles de la época pre-industrial no exceda los 2 grados centígrados, aunque indicó que esa medida que "no es suficiente".
Ése es el acuerdo que han ratificado en la ciudad italiana de L'Aquila los países del FEP: el "Grupo de los Ocho" (G8), las llamadas potencias emergentes (G5), Indonesia, Corea del Sur y Australia.
En cambio, no fijaron un año concreto de referencia para medir las reducciones de CO2 del 50% -del 80%, en el caso de los países más industrializados- propuestas para 2050.
El ministro sueco de Medio Ambiente, Andreas Carlgren, destacó en un comunicado la "importancia" del consenso logrado sobre los 2 grados de cara a próximas negociaciones para reducir las emisiones de CO2 a corto plazo…[]
Fuente www.lapatria.com
Europa no es el lugar más propicio para el desarrollo de arrecifes de coral; los arrecifes de aguas someras son más propicios de aguas tropicales. NO obstante, existen algunas concentraciones de antozoos que dan lugar a arrecifes.
Los jardines de gorgonias son hábitats creados por especies de antozoos octocorolarios que se dan en concentraciones importantes en fondos infralitorales, circalitorales y de aguas profundas.
El año 2008, fue designado por la iniciativa Internacional de los Corales como el año "Internacional de los Arrecifes de Cora"l, una campaña mundial que promueve la importancia, el conocimiento y el valor de estos arrecifes al tiempo que impulsa acciones para su protección. Ya en el año 2003, en el Congreso Mundial de Parques Naturales se tuvo la iniciativa de que se protegieran, al menos, entre un 20 y un 30 por ciento de cada uno de los hábitat singulares marinos para el año 2012. Hasta hoy día este objetivo no se ha alcanzado aún en los arrecifes coralinos a pesar de la importancia que tienen estos ecosistemas en la vida marina y en la salud humana, al tiempo que se viene considerando que los arrecifes se encuentran muy amenazados debido al cambio climático, resultando de vital importancia el emprender acciones muy efectivas. Los arrecifes de coral son delicadas estructuras submarinas que asemejan jardines rocosos, y están hechos de pequeños animales llamados "pólipos de coral" y son de vital importancia pues sirven de refugio para peces y otros animales marinos. Además, son considerados valiosos para la protección de las costas de alta mar. Los pólipos secretan carbonato de calcio, que construye la estructura base de los corales. Luego, el coral crece lentamente –a un ritmo de un 1 cm. por año– y sus frágiles estructuras son fáciles de dañar por cascos de embarcaciones, tormentas y otras amenazas. Los arrecifes de coral se enfrentan a los cambios globales más extremos hasta ahora conocidos, desde el cambio climático a la pesca más destructiva. Estos ecosistemas son de los más ricos y biodiversos del Planeta, compitiendo con los bosques tropicales, y pueden llegar a albergar más de un tercio de todas las especies de peces marinos. En total, se han llegado a identificar unas 4,000 especies de peces y 800 de corales duros, además de cientos de otros organismos marinos. Se cree que debe haber entre 1 y 8 millones de especies aún por descubrir en estos ecosistemas. Estos ecosistemas rebosantes de vida, en su mayoría peces e invertebrados, sirven como fuente de alimento a millones de personas. Además amortiguan el impacto de las olas, protegen el litoral de los estragos de las tormentas de gran intensidad. Los arrecifes coralinos por ejemplo del Caribe, constituyen los cimientos de la floreciente industria turística, considerada el sector económico más importante de la región al suministrar la mayor parte de la arena que forma sus bellas playas y atraer a buceadores de todo el mundo para explorar sus profundidades, plenas de misterio y color. El deslumbrante despliegue de especies que habitan los arrecifes ha llamado también la atención de la industria farmacéutica como fuente potencial de medicamentos que sirven para salvar vidas. Los arrecifes de coral no son únicamente vitales para el ecosistema marino, también generan grandes cantidades de dinero. Se estima que los arrecifes de coral caribeños producen aproximadamente de US$3.1 billones a US$4.6 billones por año, provenientes de la pesca, el turismo de buceo y los servicios de protección de costas. Lamentablemente, estos valiosos ecosistemas se están degradando rápidamente debido a la presión creciente de diversas actividades humanas. El desarrollo costero, el desbroce de la tierra y la agricultura intensiva contribuyen a acelerar el deterioro de los ambientes arrecifales al aportar sedimentos perjudiciales y contaminantes a las aguas costeras, mientras que la sobreexplotación pesquera altera su balance ecológico. Además, el incremento de temperatura en los océanos ha provocado, en estos últimos años, episodios dramáticos de conocido "blanqueamiento de corales" que han debilitado o destruido los corales en muchas áreas del mundo. El aumento de la temperatura de las aguas podría "desorientar tambien a los arrecifes y provocar que estos comiencen su proceso de fecundación de forma no sincronizada, lo que afectaría a la regeneración de los corales. Al mismo tiempo, se han extendido por la región enfermedades del coral poco comprendidas, y su efecto ha sido devastador para algunos de los principales corales constructores de arrecifes. Las emisiones de CO2 están acidificando el mar, a tal nivel, que para el 2050 el 98% del agua de mar será demasiado ácida para que los corales puedan vivir. Otros corales podrían seguir vivos, pero serán incapaces de poder seguir formando arrecifes. A menos que las emisiones de dióxido de carbono bajen en el futuro próximo, los arrecifes de coral existentes comenzarían a morir, aproximadamente, en el año 2100. La gran barrera del coral australiana, el arrecife de coral más grande del mundo, y los arrecifes situados en el mar Caribe serán las primeras víctimas, según un proyecto internacional de estudio de los corales, de la Universidad de Queensland, Australia; que fue publicado por la revista Science. Esta publicación que basa en simulaciones computarizadas de la química oceánica, declara que cerca de 1/3 del CO2 atmosférico es absorbido por el océano, lo que lentamente contamina el mar. Este CO2 produce ácido carbónico (lo que hace burbujeantes a las bebidas), y que reduce las concentraciones de carbono que necesita el arrecife para construir su base. Este incremento en la degradación y mortandad de los arrecifes coralinos tendrá un impacto directo en la economía de la región al reducir los hábitats de peces, moluscos y crustáceos, y la capacidad de protección del litoral, haciendo así menos atractiva la región para el turismo. El 58% de los arrecifes tropicales de coral del mundo se encuentran deteriorados, afectando a 93 de los 110 países que tienen estos ecosistemas en sus aguas, y siendo el daño, en casi la mitad de los casos, de alto a muy alto. Se cree que ya el 10% ha llegado a tal extremo que su recuperación es imposible y otro 30% podría llegar a estos niveles de deterioro en apenas 20 años. Actualmente, los arrecifes de coral tropicales cubren unos 600.000 Km2. Cerca de la mitad de los arrecifes coralinos de Estados Unidos, de vital importancia para preservar el ecosistema marino, se encuentra en "pobres" condiciones, según un análisis elaborado este ano por la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica) de Estados Unidos. Además el estudio de la NOAA, titulado "Estado del Ecosistema de los Arrecifes Coralinos en EU y el Pacífico en 2008″, señala que los arrecifes de coral del país, "especialmente los adyacentes a zonas pobladas", afrontan una "intensa amenaza derivada del desarrollo de estas áreas, la pesca y su uso como recreo". Incluso los más lejanos arrecifes de coral están sujetos a amenazas tales como el vertido de basura, la pesca ilegal, los efectos del cambio climático y la acidificación de las aguas. El hallazgo en las últimas décadas de importantes arrecifes de coral en aguas frías y profundas (pudiendo llegar a encontrarse a más de 2.000 metros de profundidad) ha puesto igualmente de manifiesto el enorme peligro que sufren estos ecosistemas que, en algunas zonas de Europa y Norteamérica ya han perdido gran parte de su extensión a causa de, sobre todo, el uso del arrastre de fondo y la explotación minera. En las aguas noruegas se estima que la pesca de arrastre ha destruido el 30%-50% de estos arrecifesl. En Alaska, se ha cuantificado en cerca de 1.000 kilos la cantidad de coral de profundidad que puede ser destruida por un arrastrero en una sola pasada. Los arrecifes de aguas frias profundas están formados de corales, que son invertebrados marinos muy primitivos pertenecientes al grupo de los celenterados, crecen lentamente -sólo una décima parte de la taza de crecimiento de los corales tropicales de aguas cálidas – y construidos bellamente, pero de manera muy frágil – estructuras tridimensionales, que son particularmente vulnerables a los impactos, tales como daño producido por las redes de arrastre en alta mar. Algunos corales en el Atlántico Este ya han sido destruidos, y muchos otros muestran marcas de la pesca de arrastre de fondo. Algunas especies de corales contienen compuestos antinflamatorios del grupo de las pseudopterosmas. Los abanicos del mar contienen concentraciones de prostaglandinas, compuestos utilizados para tratar el asma y las cardiopatías. Las esponjas de aguas profundas son potentes inmunodepresoras y anticancerígenas. Este milenio es un momento crucial para los arrecifes de coral", una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en los próximos 20 años, serán críticas para controlar calentamientos nuevos y niveles altamente peligrosos de CO2, que sin duda reducirán la robustez de los corales". Oceanógrafos Sin Fronteras y Lazo Azul junto con otras organizaciones, han pedido a gobiernos, empresarios, científicos y ciudadanos que amplíen y apoyen acciones para proteger los arrecifes de coral. Además se reclama; Un diseño mas adecuado a las Áreas Marinas Protegidas, para tratar de lograr que estos ecosistemas lleguen a recuperarse y puedan resistir las múltiples amenazas a las que se enfrentan, especialmente con el cambio climático; que los gobiernos y la sociedad trabajen juntos en una gestión correcta de todos los arrecifes de coral protegidos, ya que de no respetarse estos principios básicos, las probabilidades de que estos arrecifes sobrevivan en el futuro será muy problemático para las generaciones venideras.
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