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Rubén Castro
El Universal
Martes 21 de agosto de 2007
Esta situación ya la había observado Arturo Grande en 2004, quien entonces concluía la carrera de mercadotecnia en la Universidad Anáhuac. Inquieto por las necesidades de la gente que gustaba del sushi, decidió trabajar en una idea de negocio que llevaría a concurso al año siguiente.
Para su sorpresa y la de Daniel Silverstein -quien sólo en ese periodo lo acompañaría en la aventura- su proyecto de sushi “para llevar” ganaría el primer lugar de la Feria PyME 2005 celebrada en su Universidad. Con el apoyo y capacitación recibidos a raíz de este logro, Tashi iniciaría operaciones ese mismo año.
“La idea fue cambiar el paradigma de cómo comer sushi, pues la gente tenía la idea de que sólo se podía con palillos”, explica Arturo. Y es que su producto se consume en rollos –similar a la forma en que se come un churro- con el objetivo de que los clientes puedan cargarlos en todo lugar.
Emprender: todo un “rollo”
En palabras de Arturo Grande “la idea era hacerlo práctico y accesible”, esto al referirse al concepto de Tashi. “Nuestra empresa siempre ha invertido en desarrollo”, añade.
“Tuvimos que trabajar en la receta y el desarrollo del producto, que finalmente resultó en rollos que se comen completos, sin la necesidad de cortarlo en rodajas, presentado en bolsitas y con un gotero que contiene la soya para comerlo caminando”.
Arturo narra que la inversión inicial fue de 70 mil dólares, financiamiento que consiguió con familiares y que utilizó para el desarrollo de la marca, del producto en sí y de los puntos de venta.
Tras ganar la Feria PyME de su universidad –en esfuerzo conjunto de la Facultad de Economía y Negocios, la Escuela de Administración Turística y el Desarrollo Económico del Ayuntamiento de Huixquilucan- Tashi estrenó su primer punto de venta precisamente en la Anáhuac. Y es que parte del reconocimiento por haber ganado el certamen, consistía en consultas gratuitas de los profesores.
“La idea original era instalarnos en vía publica, y así lo hicimos, al colocarnos en puntos estratégicos de la ciudad, aunque nos tuvimos que quitar por problemas de uso de banqueta, había cierta mafia, por lo que preferimos retirarnos”, cuenta.
Fue así como Tashi se empezó a comercializar en otras universidades, corporativos y eventos privados. Hoy en día cuenta con seis puntos de venta bien establecidos.
Si bien en 2006 Tashi se convierte formalmente en empresa privada, para el presente año su director trabaja ya en el desarrollo del producto conservado con la idea de distribuir sus rollos al interior de la República “sin que por ello pierdan frescura y sabor”, aclara.
“Contamos con gran variedad de sabores –propios y clásicos- con la ventaja de que el sushi no se tiene que preparar, es decir, lo estamos posicionando como un snack que viene integrado con aguacate por ejemplo, y otros ingredientes”. Arturo también presume que su comida japonesa es más barata en comparación con la competencia. “La cajita en otros lados la encuentras hasta en 45 pesos, mientras que nosotros vendemos (los rollos) en 25 pesos, es el precio más accesible”.
Hoy en día trabajan en Tashi 17 empleados bajo las órdenes de Arturo Grande. El personal se divide en labores de cocina, distribución del producto, supervisión para los eventos especiales, etcétera.
Y de la inusual inquietud que nació en la cabeza de un estudiante hace apenas tres años, surge hoy una empresa establecida con una ambiciosa meta fijada ya para febrero de 2008: vender un modelo de franquicia como parte de su estrategia de expansión. Pero eso, ya es otro “rollo”...
Contacto con Arturo Grande http://www.tashi.com.mx/
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